NO ESTÁS LOCA, SON TUS HORMONAS:
He ido descubriendo que mi poder femenino reside en la calma, serenidad, presencia y aceptación del momento . Es por esto que hoy les quiero hablar sobre lo que he estado estudiando en profundidad este último tiempo, la energía femenina.
Primero que todo, hombres y mujeres tenemos ambas energías en nuestro cuerpo, pero distribuidas de manera distinta. No tiene relación alguna con el género, sino más bien tiene que ver con actos y posiciones ante la vida. Mientras la energía femenina es calma, aceptación, frio, noche, pasividad, introversión, sensualidad y receptividad; energía masculina es movimiento, cambio, calor, día, acción, extroversión, sexualidad y penetración. Así, es necesario tener un balance entre ambos.
El lado masculino, en las mujeres, nos favorece con la potencia, organización, estructura, movimiento y acción en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, este no puede ser visto por sí solo, sino que es necesario complementar con el lado que nos ayude a desestructurar, calmarnos y extraviarnos de nosotras mismas. El poder que reside en perdernos, para encontrarnos finalmente. El poder femenino.
Las mujeres somos muy diferentes a los hombres, somos una entidad distinta, más compleja, lunática, que se sustenta en las distintas emociones. Por el contrario, los hombres son seres simples y externos, tal como sus órganos sexuales. Nosotras, en cambio, complejas e internas como nuestro útero y ovarios. El hombre es más explosivo, cuando siente placer eyacula y cuando tiene rabia se expresa verbal y físicamente; la mujer es mas interna, expresa su placer a través de orgasmos dentro de todo su cuerpo, y cuando tiene rabia procesa todo dentro de ella (problemas, complejos e inseguridades).
La energía femenina es creativa, receptiva, suave, envolvente, sensorial y cálida. Pensemos en el útero, esa vasija creadora de proyectos, emprendimientos, hijos, arte, escritos, música y tanto más. La energía femenina es el respeto por nuestro placer, la búsqueda de lo que nos motiva y hace bien, la autogestión de nuestra vocación, el sentirnos cómodas en la abundancia y en la recepción, sin por eso ser pasivas o inactivas. Salir a buscar lo que deseamos pidiendo ayuda, disfrutando el proceso sin competir, aprendiendo unas de otras, en sororidad, cada una aportando su granito de arena para empoderarnos cada día más.
Las mujeres cambiamos constantemente, y al igual que la luna, somos cíclicas. Tal como ella, tenemos que permitirnos ejercer ese ciclo constante, que nos lleva a pasar de estar llenas a vacías, de menguantes a crecientes y de luz a oscuridad. Pero hasta que no aceptemos nuestros ciclos y cambios, no nos podremos conectar con nuestra femineidad inherente, puesto que somos 4 mujeres diferentes en cada ciclo.
¿Te atreves a expresar tu feminidad? ¿honrarte y respetarte tal cual eres? ¿loca, bruja, hormonal, intuitiva, emocional, neurótica y lunática? ¿que ni tú sabes muchas veces qué te pasa? ¿de comer por ansiedad, o de odiar y amar al mismo tiempo?
Llegó la hora de aprender a solo SER y ESTAR, y parar de HACER. Llegó la hora de amar nuestro lado emocional y sensible, porque a medida que nos masculinizamos, perdemos la belleza de nuestra sensibilidad, feminidad y emocionalidad inherente. Por eso CALMA, no te hagas la fuerte. Acepta que eres hormonal, compleja y cíclica. Tu naturaleza está en cambiar, sólo queda aceptar.
La primera manera en la que puedes hacer las paces con tu feminidad es percatarte que nunca serás un hombre y que los hombres nunca serán tu. En vez de querer igualar, marca la diferencia. Nútrete a ti misma y acepta las partes de ti que has usado para criticarte o cambiarte.
Vive tu vida verdaderamente. Vive tu vida de mujer. No te avergüences o minimices por ser mujer, porque eres un regalo de la vida. Recuerda que eres la única que puede traernos a este mundo, ERES PODEROSA.
Y dile a todos los hombres a tu alrededor que lean este post, porque ellos tienen que saber que a nosotras no nos tienen que entender, solo tienen que amarnos tal cual somos, aceptarnos y protegernos. Y que no estamos locas, son nuestras hormonas.
Victoria Spradling
“Reconciliándonos con lo femenino”
PARA TÚ PODER ENCONTRAR TU ENERGÍA FEMENINA, TIENES QUE PERDERTE UN POCO DE TU ENERGÍA MASCULINA Y CREAR APERTURA.
Este último tiempo he escrito sobre los eclipses y de lo importante que es soltar estructuras obsoletas para dar apertura al cambio.
Siguiendo esta línea, creo interesante dar cuenta que la energía femenina se trata de abrir espacios receptivos para recibir energía de fertilidad.
El imperativo de la sociedad moderna es: haz y haz ahora, llena tu tiempo, llénate de cosas, completa, mantente ocupado, no tengas espacios vacíos. Todo esto hace que nos aferremos a la energía yang (masculina) y no dejemos espacios para la calma y tranquilidad. No se trata de que yang es estar ocupado, y yin es no hacer nada, o el hecho de que si quieres ser más femenina tienes que dejar de trabajar y estar calma… ¡no! , es aprender a dejar espacios vacíos en nuestra vida.
Estamos en el tiempo de las “superwomen” mujeres que lo hacen TODO, completas, ocupadas, pero que, sin embargo, se van quedando encerradas en su “hacer”, Y ¿saben qué? debemos parar de angustiarnos por los espacios vacíos en nuestra cotidianeidad, porque como mujeres, estamos diseñadas para ser pacientes y vivir en la incertidumbre. Vinimos a engendrar 9 meses, a esperar nuestro ciclo 3 semanas, biológicamente somos abiertas y nuestro útero está preparado para engrandar un ser, por lo tanto… somos seres pacientes y a la vez abiertos por naturaleza.
Nosotras las mujeres le tenemos miedo a esa apertura, por lo que estamos siempre ocupadas y nos olvidamos que tenemos una apertura inherente a nuestra condición femenina, la que sufrirá mucho si no se le da el espacio para que se exprese.
El espacio abierto invita, es sumamente atractivo, pero vivimos en una sociedad donde estar ocupados es sinónimo de éxito y no dejamos espacios vacíos, y si nos hay espacios, no hay manera de recibir nada porque no cabe. Si no hay espacio, y no está la apertura para que alguien o algo entre es muy difícil que esto ocurra. Es simple, pero como sociedad nos cuesta entender.
Lo que señalo en esta columna no significa el hecho de “tener que poseer siempre un tiempo libre”, sino que tenemos que dejar la posibilidad de que exista la incertidumbre y apertura para que las cosas pasen, y así poder sorprendernos, asombrarnos y estar abiertas a la satisfacción de todo tipo. Debemos “dejar espacio para la imaginación”
Muchas veces sucede que llenamos ese espacio en nuestro cuerpo con comida, compras, vicios, trabajo o relaciones tóxicas. Esto sucede porque no somos capaces de integrarlo en nosotras, de darnos cuenta de que somos seres abiertos y que tenemos que crear espacio en nuestra vida.
Entonces… ¿Cómo podemos reconciliarnos con nuestra apertura femenina?
Reconciliarnos con nuestra apertura es empezar a preguntarnos en lo más profundo de nuestro ser si realmente tenemos ganas de hacer eso que debemos realizar. Olvidamos preguntamos por las ganas que tenemos de realizar las cosas, porque ahora todo es un MUST. Darnos el espacio para preguntarnos es estar cerca de la feminidad y apertura, porque, de esta forma, abrimos a una gama de posibilidades que antes se encontraban totalmente taponadas por la lista de miles de cosas por hacer. Es agregar un poco de pausa, calma y espera a nuestra vida.
Reconciliarnos con esta apertura, no solo ayuda a que distribuyamos de mejor forma el tiempo real, sino que podemos realizar una mejor distribución de nuestros propios tiempos, de los tiempos de nuestro cuerpo, de nuestros ciclos, de nuestros propios momentos. Y hablemos de momentos, porque el tiempo es muy abstracto y es muy difícil de agarrarlo, uno lo nombra y ya se esfumó, mientras que la noción de momento le da un marco a esa apertura. Los momentos tienen un principio y un final. Uno puede tener momentos de ocio, de relajo, de apertura, satisfacción, momento de reflexión, para pensar, para ir a caminar, para trabajar, compartir, momentos contigo, momentos para estar en pareja o acompañado, momento para escribir, momento para leer.
Viviendo más los momentos, le estamos dando espacio a que nuestra feminidad se exprese y al mismo tiempo fluyamos.
Reconciliar con esa apertura física y mental inherente que tenemos nosotras las mujeres ayuda a reconciliarnos con nuestro lado femenino, con nuestra vida, con nuestros momentos, con nuestro cuerpo.
La energía femenina tiene que ver con esto, con atrevernos a estar abiertas y dejar espacio en nuestra vida para fluir con esta apertura y estar abiertas a sentir, a percibir y bueno… a lo que más nos cuesta: RECIBIR.
Victoria Spradling
Hermoso! A veces me siento muy lejos de mi…